NOTA EN LA CAPITAL, DE MAR DEL PLATA
Miguel Rep: "Por la censura perdí la esencia del
ibujo y lucho por recuperarla"
El dibujante, Miguel Rep, estuvo en la ciudad durante la presentación del libro de Planeta, "Cuestión Criminal".
Tuvo la difícil pero reconfortante tarea de ilustrar los escritos del juez Eugenio Zaffaroni que se plasmaron en el libro "Cuestión criminal". Rep analiza su vida en torno al dibujo.
El dibujante Miguel Rep (Repiso) asegura que el ilustrador siempre está reprimido, ya sea por la familia, la escuela o la comparación. Por eso cree que para recuperar las raíces en el dibujo, hay que rescatar al niño interior y así "volver al paraíso". En eso anda este hombre que acaba de mostrar su arte ante un nutrido auditorio en el ciclo Verano Planeta, acompañando al juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni en la presentación del libro "Cuestión criminal", donde dejó plasmadas sus habilidades. "Para mí este hombre es un sabio", asegura Rep a LA CAPITAL al referirse al magistrado. Juntos emprendieron un lindo desafío, explicar con lenguaje coloquial las cuestiones relacionadas con lo criminal. "Todos debemos estar informados para saber cómo plantarnos frente a un abogado o un juez", dice mientras se acomoda su infaltable boina multicolor.
-¿Cómo fue el proceso y elaboración de las ilustraciones de Cuestión Criminal?
- Yo estoy formado para trabajar sobre corpus de otros, más académicos,porque lo he hecho con Feinmann (José Pablo), a quien le ilustré toda una serie de Filosofía, "El barro de la historia", que se publicó en Página 12 durante dos años, y luego hice lo mismo con "El Peronismo". Así que digamos que hay una parte de mi trabajo que se relaciona con temas de otros. No estoy cerrado a trabajar solito, tengo una veta de ilustrador y de estar al servicio del tema. En este caso cuando hay una empatía tan grande y una sed de conocimiento del tema, más todavía. En realidad con Raúl (por Eugenio Zaffaroni), fue que él me propuso que le ilustrara un libro que se llama "La Pachamama" que salió en la editorial de las Madres de Plaza de Mayo, y luego estuvimos hablando para que haga lo mismo con "La palabra de los muertos" , pero en ese momento yo no tenía tiempo y le propuse hacerlo como fascículos en Página 12. Le gustó la idea y empezamos. Mi trabajo fue semana a semana, iba recibiendo el texto, dibujaba, lo cotejaba con su equipo y él, y a veces venía alguna corrección de palabra o de concepto.
-Por la rigurosidad del tema, ¿cómo se hace para resumir una temática compleja en un dibujo? ¿Qué cosas tiene usted en cuenta?
-Primero metaforizar lo que es un concepto en una imagen atractiva, luego que haya cierto nivel de ironía, de invitación de bajada a un nivel un poco más popular, sin perder la calidad ni ser chabacano. Siempre considerando la obra de una persona que es un sabio, es un hombre que cruza el Derecho con otras disciplinas, como a mí me interesa que sea. A mí me gusta mucho la mirada cubista de un tema que tiene que ser popular, porque el derecho y la justicia nos atañe a todos y no sabemos en qué momento nos cae y no podemos ir inermes y con miedo ante tu abogado o un juez, por eso hay que combatirlo sabiendo. Yo creo que este libro es darle un conocimiento, introducirlo dentro de la criminología cautelar hablando de la historia y de la contemporaneidad.
-Aparte con el dibujo se capta a otro público...
-Sí, porque más allá de la complejidad de ciertos dibujos en los que no podés soslayar la data que tienen detrás, siempre hay una voluntad de llegar a la comprensión del niño que llevamos dentro. Por eso ese dibujo grotesco, es como llevar un tema muy real a la irrealidad, mentir para decir la verdad. La labor de Zaffaroni es decir la verdad, para mí es decirla desde la exageración y la mentira.
La palabra vs el dibujo
-Para usted, ¿la palabra es más difícil que el dibujo?
-Yo antes tenía una mala prensa de la palabra y pensaba que cuanto más mudo era, iba a generar mejores imágenes, más fuertes. Sin embargo de a poco me fui convenciendo de que la palabra es maravillosa. La era de la imagen hoy ya me tiene cansado, creo que es contraproducente porque son imágenes muy manejadas por los psicópatas, por la publicidad, muy dirigidas. No son libres, surrealistas y muy conocidas. Con el tema de que hoy se pueden construir más imágenes, está todo jodido. Por eso fui apropiándome cada vez más de la palabra y del contenido, los incluyo cada vez más y agradezco eso.
-¿Cree que sería bueno que los chicos en ámbitos como la escuela puedan tener espacios para el dibujo, la creación, pero no por computadora, sino con lápiz y papel?
-Sí, la civilización siempre vuelve al dibujo porque empezó y terminará con él. En las cuevas, las pinturas rupestres ya son dibujos y el dibujo siempre vuelve, al igual que a la línea que es la mentira máxima en el arte porque nada es en línea, todos somos manchas, entonces el dibujo es una gran materia. Creo que en la escuela hay que enseñar historia del arte, todos nacemos sabiendo dibujo y hay algunos que continuamos, pero todos sabemos dibujar y hay algún momento que ante la represión familiar, escolar, social te sacan del camino. Yo aprendí mucho del arte rupestre porque no tenían academia y sin embargo hacían dibujos hermosos y de un nivel que a más de uno le gustaría tener. En esa época el hombre nació sabiendo dibujar y como no lo reprimieron terminó haciéndolo como adulto, bellamente.
-¿Tuvo un período de censura cuando se dedicó a esto?
-Sí, la represión está, ya sea la familiar, escolar o la de compararte. Y con respecto a la última puedo decir que te lleva a olvidarte a dibujar, a copiarte y te vas librando del animalito dibujante que es tan valioso. Ahora si nadie se metiera en tu vida, por ahí seguirías y estarías destinado a dibujar bien y plasmar todo de una manera bella y estilizada. Pero algo pasa ahí por lo cual se cuela la cultura en todas sus formas de represión y bondad y te arruina el dibujo y el arte. Porque en la escuela te empiezan a mostrar una multiplicidad de disciplinas entonces vos te vas para un lado u el otro. Si tenés fuego, ansias de dibujar, tratarás de mantener o recuperar esas ganas, pero el paraíso lo perdiste. Yo lo perdí y voy a estar toda mi vida luchando por recuperarlo. Hoy busco renunciar al conocimiento para volver al animal dibujante y artístico. Esa es una aventura muy difícil porque vos luchás por apropiarte de un montón de conocimientos y después luchás por sacar lo que sobra. A esta altura de mi vida me doy cuenta de que muchas de las cosas eran hojarascas y ahora me cuesta mucho liberarme y cuando me encuentro en algún momento de lucidez y felicidad con algo que es propiamente mío digo: lo voy a atesorar, pero no pasa siempre.
-¿Dibuja con lápiz y papel?, ¿no lo cambia por nada?
-Sí, con lápiz, pluma y papel. A veces termino pintando en computadora porque escaneo los dibujos si necesito, por ejemplo, obtener un color pleno, parejo. Tanto en gráfica como murales siempre tengo lápices, grafitos para marcar, no me imagino con otra cosa. Sí he utilizado lápiz óptico pero que marca sobre papel, no el que marcás sobre la tableta y lo mirás recién en la pantalla. Necesito palpar la superficie, como quien trabaja una cueva y materializarlo. Me gusta dejar la huella.
ibujo y lucho por recuperarla"
El dibujante, Miguel Rep, estuvo en la ciudad durante la presentación del libro de Planeta, "Cuestión Criminal".
Tuvo la difícil pero reconfortante tarea de ilustrar los escritos del juez Eugenio Zaffaroni que se plasmaron en el libro "Cuestión criminal". Rep analiza su vida en torno al dibujo.
El dibujante Miguel Rep (Repiso) asegura que el ilustrador siempre está reprimido, ya sea por la familia, la escuela o la comparación. Por eso cree que para recuperar las raíces en el dibujo, hay que rescatar al niño interior y así "volver al paraíso". En eso anda este hombre que acaba de mostrar su arte ante un nutrido auditorio en el ciclo Verano Planeta, acompañando al juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni en la presentación del libro "Cuestión criminal", donde dejó plasmadas sus habilidades. "Para mí este hombre es un sabio", asegura Rep a LA CAPITAL al referirse al magistrado. Juntos emprendieron un lindo desafío, explicar con lenguaje coloquial las cuestiones relacionadas con lo criminal. "Todos debemos estar informados para saber cómo plantarnos frente a un abogado o un juez", dice mientras se acomoda su infaltable boina multicolor.
-¿Cómo fue el proceso y elaboración de las ilustraciones de Cuestión Criminal?
- Yo estoy formado para trabajar sobre corpus de otros, más académicos,porque lo he hecho con Feinmann (José Pablo), a quien le ilustré toda una serie de Filosofía, "El barro de la historia", que se publicó en Página 12 durante dos años, y luego hice lo mismo con "El Peronismo". Así que digamos que hay una parte de mi trabajo que se relaciona con temas de otros. No estoy cerrado a trabajar solito, tengo una veta de ilustrador y de estar al servicio del tema. En este caso cuando hay una empatía tan grande y una sed de conocimiento del tema, más todavía. En realidad con Raúl (por Eugenio Zaffaroni), fue que él me propuso que le ilustrara un libro que se llama "La Pachamama" que salió en la editorial de las Madres de Plaza de Mayo, y luego estuvimos hablando para que haga lo mismo con "La palabra de los muertos" , pero en ese momento yo no tenía tiempo y le propuse hacerlo como fascículos en Página 12. Le gustó la idea y empezamos. Mi trabajo fue semana a semana, iba recibiendo el texto, dibujaba, lo cotejaba con su equipo y él, y a veces venía alguna corrección de palabra o de concepto.
-Por la rigurosidad del tema, ¿cómo se hace para resumir una temática compleja en un dibujo? ¿Qué cosas tiene usted en cuenta?
-Primero metaforizar lo que es un concepto en una imagen atractiva, luego que haya cierto nivel de ironía, de invitación de bajada a un nivel un poco más popular, sin perder la calidad ni ser chabacano. Siempre considerando la obra de una persona que es un sabio, es un hombre que cruza el Derecho con otras disciplinas, como a mí me interesa que sea. A mí me gusta mucho la mirada cubista de un tema que tiene que ser popular, porque el derecho y la justicia nos atañe a todos y no sabemos en qué momento nos cae y no podemos ir inermes y con miedo ante tu abogado o un juez, por eso hay que combatirlo sabiendo. Yo creo que este libro es darle un conocimiento, introducirlo dentro de la criminología cautelar hablando de la historia y de la contemporaneidad.
-Aparte con el dibujo se capta a otro público...
-Sí, porque más allá de la complejidad de ciertos dibujos en los que no podés soslayar la data que tienen detrás, siempre hay una voluntad de llegar a la comprensión del niño que llevamos dentro. Por eso ese dibujo grotesco, es como llevar un tema muy real a la irrealidad, mentir para decir la verdad. La labor de Zaffaroni es decir la verdad, para mí es decirla desde la exageración y la mentira.
La palabra vs el dibujo
-Para usted, ¿la palabra es más difícil que el dibujo?
-Yo antes tenía una mala prensa de la palabra y pensaba que cuanto más mudo era, iba a generar mejores imágenes, más fuertes. Sin embargo de a poco me fui convenciendo de que la palabra es maravillosa. La era de la imagen hoy ya me tiene cansado, creo que es contraproducente porque son imágenes muy manejadas por los psicópatas, por la publicidad, muy dirigidas. No son libres, surrealistas y muy conocidas. Con el tema de que hoy se pueden construir más imágenes, está todo jodido. Por eso fui apropiándome cada vez más de la palabra y del contenido, los incluyo cada vez más y agradezco eso.
-¿Cree que sería bueno que los chicos en ámbitos como la escuela puedan tener espacios para el dibujo, la creación, pero no por computadora, sino con lápiz y papel?
-Sí, la civilización siempre vuelve al dibujo porque empezó y terminará con él. En las cuevas, las pinturas rupestres ya son dibujos y el dibujo siempre vuelve, al igual que a la línea que es la mentira máxima en el arte porque nada es en línea, todos somos manchas, entonces el dibujo es una gran materia. Creo que en la escuela hay que enseñar historia del arte, todos nacemos sabiendo dibujo y hay algunos que continuamos, pero todos sabemos dibujar y hay algún momento que ante la represión familiar, escolar, social te sacan del camino. Yo aprendí mucho del arte rupestre porque no tenían academia y sin embargo hacían dibujos hermosos y de un nivel que a más de uno le gustaría tener. En esa época el hombre nació sabiendo dibujar y como no lo reprimieron terminó haciéndolo como adulto, bellamente.
-¿Tuvo un período de censura cuando se dedicó a esto?
-Sí, la represión está, ya sea la familiar, escolar o la de compararte. Y con respecto a la última puedo decir que te lleva a olvidarte a dibujar, a copiarte y te vas librando del animalito dibujante que es tan valioso. Ahora si nadie se metiera en tu vida, por ahí seguirías y estarías destinado a dibujar bien y plasmar todo de una manera bella y estilizada. Pero algo pasa ahí por lo cual se cuela la cultura en todas sus formas de represión y bondad y te arruina el dibujo y el arte. Porque en la escuela te empiezan a mostrar una multiplicidad de disciplinas entonces vos te vas para un lado u el otro. Si tenés fuego, ansias de dibujar, tratarás de mantener o recuperar esas ganas, pero el paraíso lo perdiste. Yo lo perdí y voy a estar toda mi vida luchando por recuperarlo. Hoy busco renunciar al conocimiento para volver al animal dibujante y artístico. Esa es una aventura muy difícil porque vos luchás por apropiarte de un montón de conocimientos y después luchás por sacar lo que sobra. A esta altura de mi vida me doy cuenta de que muchas de las cosas eran hojarascas y ahora me cuesta mucho liberarme y cuando me encuentro en algún momento de lucidez y felicidad con algo que es propiamente mío digo: lo voy a atesorar, pero no pasa siempre.
-¿Dibuja con lápiz y papel?, ¿no lo cambia por nada?
-Sí, con lápiz, pluma y papel. A veces termino pintando en computadora porque escaneo los dibujos si necesito, por ejemplo, obtener un color pleno, parejo. Tanto en gráfica como murales siempre tengo lápices, grafitos para marcar, no me imagino con otra cosa. Sí he utilizado lápiz óptico pero que marca sobre papel, no el que marcás sobre la tableta y lo mirás recién en la pantalla. Necesito palpar la superficie, como quien trabaja una cueva y materializarlo. Me gusta dejar la huella.
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